miércoles, 11 de marzo de 2009


11-M
Cinco años después

Francisco Javier García, cuya mujer resultó alcanzada por la explosión en la estación de El Pozo describió, en el juicio del 11-M, como ella le llamó por teléfono pidiéndole ayuda desde el andén de la estación de cercanías. Francisco se desplazó hasta allí enseguida, acompañado de su hija, siendo testigos ambos de una escena dantesca. Probablemente, de haberlo sabido, Francisco hubiera dejado a su hija con alguien antes que someterle a tal infierno, pero era entonces ya una adolescente, aunque para algo así la edad no es determinante; sencillamente no hay estómago que lo soporte. De todos modos, su hija permaneció en la entrada del andén; cualquier padre hubiese hecho lo mismo.
"La gente pedía ayuda. Yo les decía: Estoy buscando a María, a mi mujer. No sabía qué hacer". Mientras seguía buscando a su esposa vio a un muchacho herido al que le caía el polvo de un extintor en la cara: "Se lo aparté. Al lado de los fallecidos había un grupo de gente herida. Me miraban cómo diciendo: ¿cuándo van a venir a por nosotros? Me llamó la atención el silencio en aquella mañana tan fría".
Por fin, tras casi media hora de búsqueda, divisó a su mujer: "Nos abrazamos los tres y dije: ¡Qué suerte hemos tenido María, hemos sobrevivido!".
Otro de los testimonios fue el del estudiante Antonio Miguel Utrera, uno de los heridos (a las diez de la mañana de ese día le tuvieron que intervenir por dos coágulos de sangre que le provocarían hasta tres infartos cerebrales y posteriormente una hemiplejia; tenía 18 años de edad): "Lo único que recuerdo después de la explosión es que alguien me levantaba en la otra punta del vagón. Bajé y llamé a mi madre diciéndole que tenía la sensación de que algo había pasado (…) Parecía un baile de sonámbulos. La gente caminaba, nadie miraba a nadie, todos miraban a la nada”.
¿Cómo podía haber sucedido algo así?

El terrorismo yihadista en España antes del 11-M

Las investigaciones policiales nos indican que fue a mediados de los 80 cuando se comenzó a ver en España cierto movimiento islamista con intenciones claras de atentar, por lo general, contra objetivos norteamericanos o disidentes árabes, pero nunca contra objetivos españoles, excepto en Estambul, en 1990 y Casablanca, en 2003.
1981: Asesinado en Barcelona el sirio Nazir Sabag, dirigente de los Hermanos Musulmanes y exiliado en España.
1982: Acribillado en Madrid el palestino Nabil Arankj Wadi, de 34 años, terrorista del grupo “Abu Nidal”.
1982: Estallan dos bombas en las oficinas de la compañía aèrea jordana Alia y de la agencia turística Egypt Tours, sin víctimas.
1982: Atentado contra el sirio Hassan Dayoub, agregado cultural de la embajada de su país en España, logrando escapar ileso.
1982: Muerto en Madrid el secretario de la embajada de Kuwait, Najeeb Sayed Hasshem, por el activista de “Abu Nidal” Ibrahim Hasand Murad al-Sami.
1982: Un artefacto destruye el Centro Cultural Iraquí en Madrid; sin víctimas mortales.
1983: Asesinado en Barcelona el estudiante jordano Ibrahim Alkaalif y herido grave su compañero Ahmed Dannun.
1983: Atentado en Madrid contra dos empleados de la embajada de Jordania en el que resultó muerto Walid Jamal Balzik y herido Ibrahim Subhi Mohamed, a cargo de las Brigadas Revolucionarias Árabes.
1984: El grupo “Mártires de la Revolución Islámica” intentó atentar contra un avión de las líneas aéreas saudíes.
1984: Yihad islámica atenta en Marbella contra el propietario del periódico kuwaití Alanbaa, de tendencia pro iraquí, Kalid Almarzook, quien resultó ileso, pero murió su chófer Yousuf Harsan.
1984: Gravemente herido en Madrid Abu Said, responsable de los comandos especiales del ala militar de la Organización para la Liberación de Palestina, a manos de la Vanguardia Islámica Revolucionaria.
1984: Herido en Madrid el diplomático libio Mohamed Idris Ahmed, por atentado perpetrado por la milicia shií “Amal”, quienes fueron encarcelados pero liberados dos años después a cambio de un policía y dos funcionarios de la embajada española en Beirut que fueron secuestrados.
1984: “Yihad Islámica” consigue asesinar a un ingeniero saudí, en Marbella, llamado Nasser Abdul Aziz y herir a su compatriota Khalil Ibrahim.
1984: Un libanés, Elías Yousef Assad, es tiroteado en el Paseo de la Castellana.
1985: “Yihad Islámica” asesina a 18 personas en el área de servicios “El Descanso”, donde acudían a menudo militares norteamericanos destinados en la Base de Torrejón de Ardoz; un artefacto explosivo acaba con sus vidas e hiere a otras 82 personas.
1985: Atentados con bomba y ametralladoras contra las oficinas de las compañías aèreas British Airways y Alia en Madrid, muriendo Esther Grijalbo e hiriendo a 25 personas más.
1985: Detenidos en Madrid Chassan Ibrahim el Haj e Hihad Ibrahim Salami, de la Fuerza 17 de al-Fatah.
1985: La Fuerza 17 de al-Fatah asesina a dos marineros israelíes en un piso de Barcelona.
1986: 14 heridos en el atentado contra las oficinas de la compañía aèrea israelí El Al, en Barajas (Madrid).
1987: El segundo secretario de la embajada de Irán en España, resulta herido de un atentado a su vehículo.
1988: Estalla un artefacto cerca de la Embajada de Estados Unidos, afortunadamente sin consecuencias que lamentar.
1989: la Policía española detiene en Valencia a ocho individuos vinculados a Hezbollah con 258 detonadores y 220 kilos de explosivos en latas de conservas procedentes del Líbano que iban a trasladar a Francia
1990.- Un artefacto de escasa potencia hace explosión en la puerta del consulado español en Estambul.
1991: Un grupo terrorista amenaza con llevar a cabo un atentado durante la Cumbre de Paz de Oriente Medio en Madrid, pero el dispositivo de seguridad lo impide.
1995: Detención de miembros del GIA (Grupo Islámico Armado).
1997: Operación “África”; detención de Allekema Lamari y otros yihadistas en Valencia. Quedó en libertad cinco años después.
2001: Detención en Alicante de Mohamed Benshakria, un destacado miembro del GSPC.
2002: Allekema Lamari es puesto en libertad, cuando aún le quedaban varios años de condena. Se cree que fue el inspirador y cabecilla de los atentados de Casablanca y el 11-M.
2003: Atentados en Casablanca contra el Consulado español, el belga y la Casa de España, con el resultado de 45 muertos y 101 heridos.
2003: Allekema Lamari, que ha quebrantado una nueva condena, es llamado para que se presente ante la Justicia española pero no aparece.
En total, antes del 11-M, hubo 74 víctimas mortales y 180 heridos por atentados yihadistas en España o contra intereses españoles, en 22 años. Teniendo en cuenta que ETA ya llevaba cientos de muertos y decenas de millones de euros en daños materiales desde los años 60, la prioridad del Gobierno del Partido Popular era ETA; no calibraron el alcance de la amenaza yihadista, creyendo que España no era un objetivo para ellos, a pesar de lo sucedido en Casablanca.
Veamos si era así o no.

España, objetivo yihadista en 2004

España, por el simple hecho de ser un País occidental, ya era un objetivo yihadista, si además pertenece a la Unión Europea de Naciones, aliadas de los Estados Unidos, más aún. Pero si a esto añadimos que España es el último bastión musulmán en la Historia del Islam en Europa Occidental, convierte a este País en objetivo prioritario: hay que recuperarlo a toda costa y desde el nuevo al-Andalus, invadir Europa (esta sería la consigna yihadista, sin duda, como hemos visto y oído en los mensajes de los comunicados de al-Qaeda y grupos asociados o similares).
Diez meses antes del 11-M, los intereses españoles en el Magreb sufren un duro revés al atentar contra el Consulado de España en Casablanca y un club social conocido como “Casa de España”, donde tres terroristas suicidas degollan al portero y hacen estallar dos artefactos cargados de metralla, para que el daño sea mayor. Mueren tres empresarios españoles que cenaban en el restaurante de la Casa de España y otras 17 personas más.
Debido a que se atacó también al Hotel Farah, propiedad de un magnate saudí, donde se estaba celebrando un seminario sobre la lucha antiterrorista y de que cerca del Consulado belga hay un restaurante hebreo, siendo atacado igualmente un cementerio judío, tanto españoles como belgas creen que no son ellos realmente los objetivos, pero las alarmas se encienden; aún así, en España no se toman medidas suficientes para contrarrestar un ataque en suelo español. Mientas tanto, José María Aznar, presidente español, sigue apoyando incondicionalmente a Bush cuando ya está claro que no hay pruebas de armas de destrucción masiva ni en Irak ni en ningún País árabe.
Desde febrero de 2003 existían informes de servicios secretos extranjeros que avisaban de la posibilidad de un atentado contra objetivos españoles al posicionarse España, con Aznar y su extraña política exterior, del lado de los postulados norteamericanos secundados por George Bush. Por si fuera poco, desde julio de 2003, se suceden los comunicados de miembros importantes de al-Qaeda como Ayman al-Zawahiri, amenazando a los aliados de Estados Unidos, especialmente a los europeos; el propio Ben Laden amenaza directamente a Europa en cintas difundidas desde octubre de 2003.
En la página web “Global Islamic Media”, había un informe que alentaba a cometer un atentado contra España antes de las elecciones generales; dicho informe estaba colgado desde meses antes del atentado. Parte de su comunicado decía lo siguiente: “Para forzar al Gobierno español a la retirada de Irak, la resistencia debe de propinar golpes dolorosos a sus tropas (…) si sus tropas permanecen tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estará prácticamente garantizada y la retirada de las tropas estará en las listas de su proyecto electoral".
Allekema Lamari estaba huído de la justicia española desde hacía unos meses atrás. El Centro Nacional de Inteligencia avisó a la Secretaría del Estado para la Seguridad de que Lamari se había puesto al frente de una célula yihadista y era más que probable que preparara un atentado en España. Este islamista ya había estado en la cárcel durante cinco años pero sería excarcelado en 2002. Al año siguiente se producen los atentados de Casablanca y un año después, el 11-M.
No toda la culpa fue del Partido Popular y su falta de previsión con respecto al terrorismo yihadista. Ciertamente, realizaron una excelente labor contra ETA, contra la que casi acaban, pero su filosofía era terminar primero con unos y después con los otros, ignorando que en la lucha contra el terrorismo no hay plazos: se debe eliminar la amenaza, proceda de donde proceda, cuanto antes y luchando contra todos a la vez. Ni que decir tiene que los miembros del Partido están muy implicados en la lucha contra el terrorismo como el resto de fuerzas democráticas; lo que le ocurrió al Gobierno de José María Aznar yo lo calificaría de error de cálculo, un error que se pagó muy caro. Sin duda, un nuevo gobierno del Partido Popular no cometería el mismo error.
También los jueces, una vez más, tuvieron su responsabilidad: ninguno de los tres jueces que participaron en la excarcelación de Allekema Lamari sabe explicar porque fue puesto en libertad cuando su condena no había concluido, culpando de ello a la Fiscalía, lo que de haber tenido algo que ver, no exime de culpa a los jueces y más tratándose de terrorismo.
Lamari fue condenado por pertenencia a banda armada, tenencia de armas y falsificación de documentos a catorce años de cárcel; en cambio, salió a los cinco años.
De haberse tomado en serio este asunto, Lamari seguiría hoy en la cárcel y tal vez el atentado del 11-M nunca hubiera tenido lugar; no olvidemos que hablamos de uno de los terroristas que se inmoló en Leganés, junto con el resto de la célula que perpetró el atentado.
Evidentemente, no hay que claudicar ante el terror, pero tampoco tomárselo a broma.
¿De haber seguido Lamari en la cárcel, los yihadistas no hubieran buscado otro modo de atentar igualmente? Es probable, de hecho creo que sí pero tal vez no con la misma contundencia o suerte. Será la gran duda que nos quede para el resto de nuestra vida, pero desde luego, sobre la conciencia que más recaerá será sobre la de los tres magistrados que permitieron que Allekema Lamari saliera de la cárcel antes de cuando debía haberlo hecho.
Pero sigamos con las señales que indicaban que la imagen de España en el mundo arabo-islámico ya no era la misma que años atrás y aunque con esto no pretendemos decir, ni mucho menos, que todos los musulmanes apoyen el terrorismo yihadista, por supuesto que no, sí en cambio, es un barómetro a tener muy en cuenta: la visión que se tiene de un País concreto en la Umma islámica. Por lo general, para conocer este dato, se recurre a la prensa árabe, las apreciaciones recogidas sobre el terreno por las embajadas y los consulados y por supuesto a las fuentes de información de los Servicios Secretos.
En septiembre de 2003, el periodista Taysir Alouni es detenido en Granada. Alouni es de origen sirio y trabajaba como corresponsal de la cadena de televisión “al-Yazira” en el conflicto de Afganistán. Fue el único periodista occidental (vivía en Granada desde mediados de los 80) que entrevistó a Ben Laden por aquel entonces.
Debido a que se descubrió que le había entregado 4.000 € al también encarcelado en España Abu Dahdah, líder de al-Qaeda en Europa, se detuvo al periodista, aparte de acusarle de contar con amistades en la red de Osama Ben Laden, con las que se reunía en ocasiones.
La detención de Alouny supuso un terremoto mediático tanto en el mundo árabe como en Occidente puesto que las principales agencias de prensa, intelectuales, artistas y otras personalidades apoyaban a Taisir al considerar que solamente hizo bien su trabajo y que sus contactos en la red de Ben Laden le llevaron a él, pero con la idea de entrevistarle, no para ser un enlace en Europa de sus actividades terroristas.
En cualquier caso, fuera Alouny culpable o no (desde luego, al menos pecó de imprudente, eso seguro), la imagen de España en el orbe islámico estaba ya muy deteriorada: fotografías de Aznar, Bush y Blair en tono distendido mientras mueren decenas de personas en Irak, detenciones de árabes en España (que aunque fueran colaboradores de terroristas, al haber dudas, creaba aún más animadversión hacia España), soldados españoles en Países árabes al lado de Norteamérica, el País más odiado en el mundo árabo-musulmán, etc.
El 18 de octubre de 2003, una nota de Ben Laden, difundida por los cauces habituales (sobre todo Internet), decía entre otras cosas: "Nos reservamos el derecho de responder, en el momento y lugar oportunos, contra todos los países que participan en esta guerra injusta (se refería a la guerra de Irak), en particular Gran Bretaña, España, Australia, Polonia, Japón e Italia".
Aún con todo lo anterior, los responsables del Ministerio del Interior, Defensa y Asuntos Exteriores, con el Partido Popular en el poder, se defendieron diciendo que toda la información que recibían era genérica, lo que tampoco les excusa puesto que de haberse preocupado un poco sobre la amenaza en cuestión, como era su obligación, lo que formaba parte de sus tareas, se habrían percatado de ese cambio en la imagen que se tenía de España en el mundo árabe.
Islam es una forma de vida y los imames de las mezquitas y oratorios islámicos pueden influir, de hecho influyen mucho, en la existencia y quehacer diario de millones de musulmanes. Por lo general, los dirigentes religiosos musulmanes llaman a la paz y tienen claro que el Corán es un Libro que aboga por la solidaridad entre las grandes religiones, pero hay otros imames (y no son pocos) que aprovechándose de la ignorancia de sus fieles en zonas rurales y pobres o castigadas por la guerra, se alían con grupos yihadistas para captar adeptos entre sus fieles. Por lo que conseguir personas que, primero odiaran a España y después estuvieran dispuestas a suicidarse por Allah atentando contra objetivos españoles no era tan difícil. Es por lo que considero, que de seguir Lamari en la cárcel en 2004 hubieran encontrado a otro individuo que realizara el atentado. Sin embargo la duda no es esta sino: ¿quién fue el cerebro del 11-M? Porque si fue Allekema Lamari, con todo el odio que llevaba acumulado hacia España, entonces si fue un gravísimo error su excarcelación.
Según la información desclasificada años después, el CNI parecía tenerlo muy claro, meses antes del 11-M: "Las amenazas explícitas a intereses españoles han crecido significativamente en los últimos meses. Aunque muchas de ellas son vagas o no concretas, el conjunto es indicativo de la elevación considerable del nivel de riesgo en territorio nacional, y especialmente en algunos países de mayoría musulmana. Parece necesario reforzar las medidas de protección en estos ámbitos, contemplando entre ellas las de los vuelos de aviones oficiales a zonas sensibles”.
Como puede comprobarse, aún se temía por el tráfico aéreo después del 11-S; nadie cayó en la cuenta de que se pudiera atentar contra otro tipo de medio de locomoción.
Las reuniones típicas (y lógicas) que el Ministerio del Interior celebraba con los mandos policiales en el contexto de la lucha contra ETA no eran, en cambio, habituales en el ámbito de las investigaciones contra el integrismo islamista.
Por lo tanto, con la desidia judicial de algunos magistrados que se amparaban en el enorme volumen de trabajo por lo que miraban tan solo superficialmente las propuestas de excarcelación, dando por hecho que ya habían sido suficientemente informadas (lo que ha seguido ocurriendo posteriormente; el caso más sonado, el de la niña Mariluz y como su asesino no fue detenido a pesar de existir una denuncia por abusos sexuales al no ordenarlo el juez competente, según él por exceso de trabajo, al tener que atender otros casos), unido a la dejadez política que estimaba el terrorismo yihadista no tan importante como el de ETA, lo que podía constatarse en los medios que recibían para su trabajo las Unidades contra ETA en comparación a los pequeños grupos que entonces había contra el integrismo islamista (que llevaban a cabo su labor junto a la lucha contra la inmigración irregular o las mafias procedentes del este de Europa, todo mezclado y metido en el mismo saco) y una política exterior pésima que motivó una imagen de España que rallaba el odio hacia nuestro País, con semejante panorama, llegamos a la jornada del 11 de marzo de 2004.

Madrid, 11 de marzo de 2004

7.37 horas: una bomba explota en un tren de cercanías en la estación de Atocha. Apenas un minuto después se producen otras dos explosiones en el mismo tren, el cual se convierte en un infierno. 29 personas mueren y 176 resultan heridas.

7.38: el tren de Atocha ha estallado debido a la explosión de tres artefactos. Nadie puede imaginar en la estación de El Pozo del tío Raimundo que los siguientes son ellos. Un cercanías, que se encuentra momentáneamente parado, en una escala hacia su destino (Alcobendas), sufre la explosión de dos bombas más, con otras 67 víctimas mortales y 200 heridos.
En la estación de Santa Eugenia, un tercer cercanías se dirige a “Principe Pío”. La bomba se llevará la vida de quince personas; 50 resultan heridas.

7.39: En Atocha, el ángel de la muerte no se marchará todavía. Cuatro explosiones más sacuden tan violentamente otro tren que es oído en todo Madrid. Ni siquiera les ha dado tiempo a saber lo que está ocurriendo. Cuatro nuevas bombas estallan cuando el tren a la altura de la calle Tellez, casi ya en Atocha; en esta ocasión son 59 los muertos y 200 heridos. Diez bombas han segado la vida de 191 personas (170 en el acto), dejando heridas a 1.858

Da la impresión de que los terroristas se dejan llevar por la explosión de Atocha, como referente para la reacción en cadena: una vez se produce la explosión del primero de los trenes, detonan por control remoto las otras dos cargas explosivas del mismo tren.
El Pozo se encuentra a menos de cinco kilómetros de Atocha. Es posible que hayan oído la explosión o simplemente los terroristas se llaman por teléfono en el caso de que se encontraran diseminados. El caso es que todo transcurre rápidamente. Santa Eugenia está a cuatro kilómetros de El Pozo y a nueve de Atocha. Con casi toda seguridad, los terroristas se hallaban en las cercanías de las estaciones cuando todo sucedía.
Madrid está aún despertando y ya se oyen sirenas de ambulancias, vehículos de policía y bomberos. Acuden a la masacre.
RENFE ha suspendido el tráfico ferroviario hacia Madrid como medida inmediata y más lógica ante lo que está sucediendo. En la capital, algunas líneas de metro se cortan igualmente.
Los Hospitales madrileños cuentan con un plan de emergencias ante catástrofes, como ocurre en casi todas las grandes ciudades del Mundo y aunque aún no tienen muy claro lo que está pasando ni el alcance real de la tragedia, se activa el plan de inmediato pues algo hay claro: se han sucedido varias explosiones sucesivas en las estaciones de Atocha, El Pozo y Santa Eugenia y los muertos y heridos son cuantiosos. Todo indica que es un atentado. Se piensa en la organización ETA, la única capaz de hacer algo así, creen las autoridades policiales. Precisamente son éstas últimas las que activan una operación que en Madrid, lamentablemente, no resulta extraña: la operación “Jaula”, por la que se colocan controles policiales en todos los accesos a la capital. Nadie sospechoso podrá entrar o salir de Madrid mientras la operación esté abierta debido a los tres cinturones de seguridad que conforman el dispositivo especial.
Se decide que sea IFEMA, el recinto ferial de Madrid, a donde se trasladen los cadáveres, pero pronto se percatan de que son demasiados y algunos además en un estado horrible, con miembros amputados. Se impone la necesidad de recurrir a psicólogos para las víctimas; es más, muchos de estos profesionales se ofrecen voluntarios ante la magnitud del suceso.
Madrid, como siempre, se volcó con sus víctimas. Es una ciudad muy castigada por el terrorismo. Para entonces, ya habían asesinado a 110 personas en los últimos treinta años por actos de terrorismo, solo en Madrid. Ahora la cifra se disparaba, con un solo atentado, a 301 (a los que debemos añadir los asesinatos de los dos súbditos ecuatorianos que resultaron muertos a causa del atentado a la Terminal T-4 por parte de ETA, del Aeropuerto de Barajas, en 2006).
De todas partes surgen madrileños y personas de otras procedencias que se encuentran en la ciudad por diferentes motivos y que donan sangre voluntariamente.
Todos guardan silencio ante la descomunal tragedia pero cuando se retiran para descansar no pueden evitar llorar o gritar de rabia e impotencia ante tanto dolor y sufrimiento. La consigna es una sola en ese instante: muerte a ETA. Es el primer impulso motivado por el odio que ha sustituido a la sangre que corre por las venas, odio e indignación. Ni Madrid ni ciudad alguna se merece tal castigo.

Ocho meses antes

Jamal Ahmidán, a quién llaman “el chino”, por sus rasgos físicos, tiene el plan muy avanzado. Lleva madurándolo con Serhane Ben Fakhet, el “tunecino”, desde febrero. Todo está previsto para las elecciones de 2004; es el momento idóneo. Van a provocar un cambio de gobierno en España y serán ellos quienes lo hagan. De este modo, todos verán en Europa que con el mundo islámico no se juega. Representan a la organización de al-Qaeda y van a mostrar al Mundo que tienen poder para cambiar un gobierno si es menester.
España se ha unido al gran “kafer”, el infiel por antonomasia para los islamistas: los Estados Unidos de Norteamérica y debe ser castigada por ello.
Mustafá Ahmidán, hermano de Jamal y regente de un bar en Villaverde (Madrid), reconoció en el juicio del 11-M que su hermano (menor que él) y sus amigos eran los autores materiales de los atentados y que lo sabía porque el propio Jamal se lo confesó un par de semanas después de la masacre.
Jamal Ahmidan era algo así como el jefe operativo de la célula. Junto a él, Abdenabi Kounjaa y los hermanos Oulad, todos naturales de la ciudad marroquí de Tetuán, se despidieron de Mustafá el día 23 de marzo: «Quiero que pidas a Dios para que no nos cojan vivos».
En el barrio madrileño de Villaverde es donde el supuesto confidente de la Policía “Cartagena”, ejerció como imam de la mezquita del lugar, donde confluyeron no pocos islamistas extremistas, entre ellos los autores de los atentados del 11-M.
Jamal Ahmidan estaba muy radicalizado; llegó a decirle a su hermano Mustafá (según éste declaró en el juicio): «No ves a tus hermanos que están muriendo también en Irak», sin embargo, otro de los hermanos Ahmidan, que primeramente declaró contra Jamal, después se retractaría, diciendo que no recuerda nada que le indicara, antes del atentado, que Jamal era un integrista islamista. Parece que los más radicalizados de la célula eran el "tunecino" y el propio Jamal Ahmidan y que habían adoptado esa postura tan extremista en Marruecos, no en España. Ya no bebían ni fumaban y no paraban de rezar. Después de un viaje a Marruecos, en verano de 2003, vuelven a Madrid con ideas religiosas extremistas; recordemos que en mayo se producen los atentados de Casablanca. Es muy probable que Ahmidan, el tunecino o ambos entraran en contacto con los artífices de dichos atentados, seguramente en Marruecos y recibieran instrucciones para el 11-M.
Fuera como fuese, es Jamal Ahmidan quién lee el ultimátum al Gobierno de Aznar que aparece en una cinta de vídeo hallada entre los escombros del piso de Leganés donde se inmolaron y donde resultaría muerta la última víctima del 11-M, el policía Francisco Javier Torronteras.
El día tres de abril de 2004, los miembros de la célula llaman a sus familiares por teléfono para despedirse de ellos. Les comunicaron que iban a inmolarse en el piso en el que vivían, en el barrio de Leganés. Estaban rodeados por efectivos del Cuerpo Nacional de Policía y consideraron que no tenían más salida que encomendar sus almas a ese Dios en el que ellos creían que, según su doctrina radical, les pedía un último sacrificio.
Mustafá Ahmidan llamó alarmado a la Policía y los agentes le pidieron que no dejara de hablar con su hermano y que intentara disuadirle, pero como es bien sabido, resultó en vano.
Pero antes de todo esto, el chino y sus compinches habían estado en varios sitios, ultimando los detalles de los atentados. Veamos cual fue el itinerario de la célula de Leganés.

La infraestructura de la célula de Leganés

El chino es un “camello” que ha estado encerrado en una cárcel marroquí después de matar a un paisano suyo. Un hombre violento y extremadamente religioso hasta lo enfermizo; el chino es un extremista, sobre todo después de juntarse con el tunecino, éste un verdadero integrista islamista.
En España tenía sus contactos para el tráfico de drogas a media escala, que era lo suyo, luego no resultaba demasiado difícil para él hacerse con el dinero necesario para financiar el atentado.
Queda con Emilio Suárez Trashorras en un Mc Donalds de Madrid. Le ha conocido en los bajos fondos madrileños. Sabe que trabaja o tiene acceso a personas que trabajan en minas asturianas. El chino idea conseguir explosivos de los que se utilizan en esas minas a cambio de 30 kilogramos de hachís, de buena calidad, que se compromete a entregar a Trashorras si le proporciona 200 kilogramos de explosivos Goma 2, el utilizado para las detonaciones controladas, más 260 detonadores. A la oferta, el chino añade un Toyota Corolla que ha robado.
En principio, el chino no tiene problemas para conseguir la droga. Lo verdaderamente difícil es que Trashorras cumpla con su palabra porque conseguir 200 kilogramos de Goma 2, no debe ser nada fácil. Sin embargo, el delincuente asturiano le dice que es pan comido puesto que no hay demasiada vigilancia en las minas, de hecho hay minas donde no existe inspección in situ de la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil; allí, en el Principado de Asturias, unos confían en otros por lo que se da por hecho que los explosivos están a buen recaudo.
El chino confía en Trashorras y se dedica a solucionar otro detalle del plan: los pisos francos. Necesitan un lugar donde preparar las mochilas con explosivos y detonadores, otro para esconderse si fuera necesario porque no les diera tiempo a salir de Madrid y otro, en el caso de que logren fugarse.
Un personaje del que se ha hablado mucho sin llegar a determinar con exactitud su grado de implicación en el atentado es Fouad el Morabit.
Se trata del que posiblemente tenía más nivel académico de la célula de Leganés y su entorno: habla y escribe fluidamente castellano, inglés y francés y entiende el alemán y tiene estudios superiores de ingeniería electrónica (muy útil hoy en día para una célula terrorista).
En 1999, el Morabit vino de su ciudad natal, Nador (Marruecos), a España y, ¡eureka!, estuvo realizando cursos en Asturias pero también es más que probable que visitara Granada, en sus correrías por España. Lo que sí es seguro es que estudió un curso de electrónica en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Gijón.
En la Provincia de Granada, en la localidad de Albolote, la célula de Leganés alquiló la casa donde se refugiarían antes de marcharse de España, con casi toda seguridad a Marruecos. En la calle donde alquilaron la casa de la calle Hornillo vivían otros individuos magrebíes y aunque no tuvieran nada que ver con este asunto, la verdad es que nadie les interrogó debidamente por si acaso.
Al año siguiente del 11-M, sería desarticulada una célula argelina entre Granada y Alicante, pero claro, pudiera ser solo casualidad.
El caso es que según declaró el Mourabit en el juicio del 11-M, el tunecino ya tenía todo preparado para diciembre de 2003, puesto que su compañero de piso, Ghalyoun, que conocía bien a Serhane (el tunecino), le avisó de que según éste último algo iba a suceder en Madrid y que convenía que se marcharan de la ciudad, pero entonces Mourabit, que siempre ha defendido su inocencia, declaró que lo consideró una broma de Serhane. La fiscal del caso 11-M consideró que Fouad había elaborado el documento en el que se llamaba al Yihad en España para cambiar el Gobierno antes de las elecciones generales de 2004 y que sería publicado en Internet; sin embargo, este documento salió a la luz después de los atentados. Desde entonces, Internet es rastreada a conciencia en busca de nuevos comunicados yihadistas.
¿Por qué Granada? En principio le vemos lógica a escoger Asturias para extraer de sus minas el explosivo necesario para los atentados, pero ¿por qué escogieron Granada para refugiarse? ¿Era esa realmente la intención o algún elemento islamista de los que viven en esa ciudad andaluza tuvo algo que ver con el atentado?
En Madrid ya tienen una casa en la que preparar las mochilas-bomba (en la fotografía la casa de Morata de Tajuña) donde nadie les va a molestar y fácil de vigilar por si fueran sorprendidos. Necesitan otra casa donde refugiarse si se ven obligados a huir.
La gran cantidad de explosivos, 200 kilogramos, nos indica que tenían pensado realizar más atentados: Atocha solo era el primero. Es más, colocaron otras mochilas en puntos estratégicos de la estación para asegurarse de que el daño sería importante; afortunadamente, no estallaron.
En Granada, un estudiante universitario como el Morabit, procedente de Marruecos, es casi imposible que no haya estado ya que la Universidad de Granada es la que más estudiantes marroquíes tiene del Mundo fuera de ese País magrebí. El hecho de que fuera Albolote la localidad escogida para alquilar una casa si se veían forzados a huir de Madrid (esta es la hipótesis más lógica; desde mi punto de vista, debían tener algún contacto en Granada que les animara a escoger esta ciudad y no otra), teóricamente se debió a que en ese momento no había otro lugar, del extrarradio de la capital, donde alquilar una vivienda asequible.
En Madrid continúan los preparativos: se necesitan teléfonos móviles para comunicarse (con tarjetas prepago que no puedan ser rastreadas; otra de las medidas tomadas a raíz de los atentados ha sido obligar a los comercios a facilitar los datos de los compradores de esas tarjetas, como puede verse, se reacciona cuando el daño ya está hecho, esperemos que sirva para que no se cometa otro atentado). Los teléfonos móviles servirán también para detonar los explosivos por control remoto. Han gastado en los últimos meses más de 15.000 € en el alquiler y reforma de la casa de Chinchón, en las casas de Albolote y Leganés, en la compra de armas, en teléfonos móviles, documentación falsa y en todo lo que necesitan. El tunecino aporta todo su capital, incluido lo que le dan por el viejo Volkswagen que conduce ya que los que más dinero están aportando son los hermanos Oulad y Jamal Ahmidán. Unido a lo que llevaban gastado de antes, el coste total supuso unos 50.000 € y en cambio el atentado le costó la vida a 191 personas e hirió a más de 1.800 aparte de suponer un daño material valorado en 22 millones de euros.
A todo esto, ¿qué ha pasado con Trashorras?
En el juicio, Suárez Trashorras declaró que era confidente del Cuerpo Nacional de Policía, desde que en 2001 comenzó a colaborar con el jefe de la brigada de estupefacientes de la Comisaría de Avilés a cuyo inspector le contó todo lo relacionado con la célula de Leganés. Según confesó, el propio Trashorras se ofreció para conducir un vehículo lanzadera que ayudara a detener a Jamal Ahmidan en su viaje maldito en el que transportaba los explosivos desde Asturias a Madrid pero el inspector le dijo que no era necesario, que ya lo tenían todo previsto. Trashorras les dijo también donde esconderían los explosivos, en Morata de Tajuña (municipio madrileño de Chinchón).
Evidentemente, en este dossier, no vamos a dar más credibilidad a un delincuente que a un agente de policía, por lo que de momento hay algo muy claro y es que Trashorras y su ex-esposa conocían la casa de Tajuña ya que estuvieron en una ocasión (tal vez más veces) con el chino, como el propio Trashorras declaró en el juicio.
La tecnología que era necesario conocer para conectar los teléfonos móviles a los explosivos pudo haberla aportado perfectamente el Mourabit; desde luego, tenía conocimientos para ello. Sin embargo había que comprar los teléfonos móviles sin dejar rastro ninguno de identidad, lo que no era difícil, por aquel entonces.
Ayman Maussili Kalaji es un español de origen sirio que pasó algún tiempo en Palestina antes de arribar a España cuando tenía 24 años de edad, allá por 1981. En su juventud tuvo contactos con la OLP y al parecer estuvo también en Rusia.
Durante tres años, se convirtió en confidente de la Policía, hasta conseguir la nacionalidad española y acabar ingresando en el Cuerpo Nacional de Policía en 1990. Maussili Kalaji había tejido una interesante red de informadores: casi nada se le escapaba de cuanto sucedía en el ambiente islámico de Madrid. Su hermana colaboraba igualmente con la Unidad Central de Información Exterior del CNP como traductora y transcribió las escuchas telefónicas en el seguimiento a Serhane, el tunecino, ya en 2002, pero esa intervención se clausuró por lo que Maussili Kalaji avisó a sus superiores jerárquicos que era un error ya que el tunecino era alguien peligroso.
El problema con una intervención telefónica es que si no va acompañada de un paralelo trabajo de obtención de información con fuentes de calidad, acaba siendo cancelada ya que no proporciona nada, lo que añadido a la impaciencia de ciertos mandos policiales, ávidos de resultados inmediatos para colocarse más medallas, termina por olvidarse en sustitución de otras investigaciones con mejores expectativas. Si además, los jueces no están dispuestos a la ampliación de los plazos que en circunstancias normales, para dar algo importante, pueden durar años, lo que supone más papel y ya tienen bastante en los juzgados donde están saturados, entonces, puede comprenderse que este tipo de investigaciones contra el yihadismo, donde además se ha observado que cada año resulta más difícil infiltrarse o acceder a su entorno, puesto que los islamistas toman medidas de seguridad cada vez más eficaces, todo unido hace muy difícil investigar el entorno yihadista en España.
Sin embargo, podemos pensar que nada de esto sucedió y que Kalaji ni su hermana avisaron de nada. Ahora bien, de ahí a insinuar que el propio Kalaji fue quién estuvo detrás de la preparación de los móviles que sirvieron como detonadores de los explosivos, SIN PRUEBAS, me parece ir demasiado lejos. Se dice que su esposa, una agente de policía, fue la primera persona que revisó la furgoneta que los terroristas abandonaron en las inmediaciones de la estación de Alcalá de Henares y que la tienda en la que se adquirieron los móviles fue “Tecnología de Sistemas Telefónicos Ayman”, propiedad de la hija de Maussili Kalaji, pero repito, sin pruebas, es temerario arriesgarse a decir algo así y más cuando no es necesario recurrir a semejante trama policial para encontrar a quién tuviera conocimientos para manipular los móviles.
Kalaji se daría posteriormente de baja psicológica ante todo lo sucedido y acabaría por retirarse definitivamente del servicio. No es de extrañar; se ha oído de todo sobre su posible implicación. Desde que participó activamente en la preparación de los atentados a que fue todo una investigación que se le escapó de las manos ya que no se actuó a tiempo al darles demasiada cuerda a los terroristas, en fin, de todo.
En 2006 se querelló contra el periodista Jiménez Losantos al que acusaba de difamarle pero perdió la causa al considerarse que Losantos se había basado en informaciones veraces extraídas del diario “El Mundo”, periódico al que el propio Kalaji concedió una entrevista, tiempo atrás, en la que reconocía que era él quién liberó los teléfonos móviles utilizados en la trama del 11-M, para que pudieran aceptar cualquier tarjeta. Lo curioso de esta historia es que ya entonces Kalaji estaba de baja, razón por la que tenía tiempo para dedicarle a su tienda. Además, el periódico “El Mundo” publicó una nota de la Policía Nacional, extraída de un informe sobre Maussili Kalaji, en la que decía que: tiene el perfil correspondiente a un islamista habiendo participado de forma efectiva en una delicada operación en los equipos telefónicos, sin cuyo trabajo no hubiera sido posible la utilización de las tarjetas telefónicas utilizadas por los terroristas y en consecuencia no hubiera sido posible la utilización de los mismos como temporizadores (...) Aunque no existan evidencias de una actuación maliciosa, existen múltiples elementos para dudar de una acción ingenua del mismo en esa operación.
Resulta igualmente extraño que los hindúes del Bazar Top que vendieron los móviles a los terroristas fueran encarcelados durante mes y medio, no demostrándose ninguna otra implicación en la trama, mientras que Kalaji, que liberó los aparatos para que aceptaran cualquier tarjeta, no pasó por la cárcel y más cuando unos años su tienda antes había sido denunciada por la Guardia Civil por un presunto fraude con tarjetas telefónicas. Por lo que tal vez, no debiera quejarse tanto ya que ha escapado más o menos airosamente de este lamentable asunto; peor lo tuvieron los comerciantes hindúes, cuyo único pecado fue vender los móviles, sin pedir datos como se hacía por entonces en cualquier bazar.
Con respecto a los explosivos y volviendo con Trashorras, éste declaró en un primer momento que no había control ninguno en Asturias para este material utilizado tanto en fiestas como para pescar por lo que era muy sencillo hacerse con goma-2 en el Principado pero algún tiempo después, el mismo Trashorras dijo que no era así y que el explosivo estaba muy vigilado. Un personaje así, que se contradice constantemente, desde luego, no merece ninguna credibilidad. Sin embargo, en 2001, la Guardia Civil llevó a cabo la Operación “Pipol”, en la que incautaron 16 cartuchos de Goma-2 y 94 detonadores aunque lo que más interesó a los responsables de esa operación policial fueron los 86 kilogramos de hachís, los tres kilos de cocaína y las otras sustancias que iban en el lote, no prestándole tanta importancia a la procedencia de los explosivos. Ahora bien, se descubrió que salieron de minas donde Trashorras había trabajado.
Al parecer, es cierto que llegaban a ofrecerse cartuchos de Goma-2 Eco en los ambientes nocturnos a según que traficantes con lo que en efecto existía cierto descontrol en algunas minas, si bien no puede comprobarse que fuera generalizado. En una ocasión, cometieron el error de entregarle cartuchos de dinamita a un confidente de la Guardia Civil, que puso en aviso a la Benemérita con lo que se inició la Operación mencionada. El contacto en Madrid de Trashorras era otro confidente, Rafa Zouhier. De hecho, después de los atentados, el cuñado de Trashorras, Antonio Toro, declaró que Suárez Trashorras acudió a su casa muy nervioso diciendo que lo sucedido en Madrid había sido cosa de los amigos de Rafa. Por lo tanto ya tenemos aquí al verdadero contacto de la Célula de Leganés con quienes les facilitaron los explosivos: Rafa Zouhier quién, por cierto, es natural de Casablanca.
Rafa Zouhier y Antonio Toro habían sido compañeros de cárcel. Una vez salieron de prisión, continuaron su relación. Toro le presentó a Trashorras y a su vez, Zouhier presenta al chino con quién acaban reuniéndose en aquel Mc Donalds en el que acordaron la trama de los explosivos.
Zouhier colaboraba con la Guardia Civil pero cuando le convenía con lo que había muchos detalles que se callaba; uno de ellos fue la existencia de la célula de Leganés, hasta que cinco días después del atentado decidió comunicárselo a sus enlaces con el Cuerpo. Cuando se le tomó declaración, eran tantas las contradicciones, que acabó siendo condenado a diez años de cárcel. Sí llegó a decir que Trashorras quería vender 150 kilogramos de explosivos pero que puso como condición que no se usaran en Madrid lo que, según Zouhier, lo puso en conocimiento de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil pero éstos le dijeron que les ofreciera pruebas, como por ejemplo, una muestra del explosivo. Cuando Rafa Zohuier subió al Principado de Asturias a por esa muestra, con la excusa de que era para enseñársela al chino y que así se convenciera, el detonador que le proporcionaron estalló en su colchón, con lo que se quedó sin muestra (algo extraño, porque un accidente así no hubiera supuesto ningún impedimento para que le facilitaran otro detonador, si tantos tenían los traficantes asturianos).
Pero tenemos un detalle curioso. Según Zohuier, Trashorras le debía dinero a Jamal Ahmidan, por lo que cabe la posibilidad de que los explosivos fueran, en parte, el pago de esa deuda. Aparentemente, Zohuier, en el juicio, no tenía miedo a ir a la cárcel, solo quería que se supiera que había cumplido con los guardias civiles con los que colaboraba comunicándoles todo y que incluso le llegó a decir a Trashorras que no hiciera negocios con el chino porque éste último era un “capullo payaso”.
Zouhier dijo que “si hubiéramos sido radicales no nos habríamos ido a un McDonalds a reunirnos y comer hamburguesas. Es un sitio americano”, pero está sobradamente demostrado que los yihadistas intentan pasar desapercibidos para no llamar la atención con respecto a sus intenciones, con lo cual lo primero que hacen es beber alcohol y comer carne de cerdo ya que de este modo nadie sospechará de ellos. Piensan que Allah les dispensa de esta prohibición coránica al ser mujahidines (soldados del Islam).
Por lo tanto, de nuevo, creeremos antes la versión de la Guardia Civil de que Zohuier no comunicó esos encuentros cuando debiera haberlo hecho, antes que creer a un delincuente y posible yihadista. De todas maneras, fuera como fuese, si Zohuier hubiera observado cierta dejadez por parte de sus controladores de la Guardia Civil, debiera haber acudido a otras instancias policiales o judiciales para comunicar lo que sabía y no lo hizo. Cuando alguien tiene constancia de algo que va a suceder de gran magnitud o al menos lo sospecha, algo grave, lo comunica y si no le hacen caso en una primera ocasión, insiste, venciendo sus temores, porque está en juego la vida de muchas personas. Tal vez seamos unos ilusos al creer que esto debiera ser así pero lo que sí está claro es que Zohuier no actuó como debía.
Tenemos ya los explosivos, las viviendas, los teléfonos móviles, los detonadores, los contactos adecuados, los vehículos, la droga que se entregará a cambio de los explosivos, documentación falsa y dinero. Es el momento de asestar el golpe. ¿Pero lo hicieron sólos o recibieron instrucciones de alguna instancia superior de la red al-Qaeda? Para conocer la posible respuesta, debemos volver a Casablanca, en mayo de 2003.
Casablanca: el antecedente del 11-M

La investigación policial marroquí encuentra una cinta de audio con un comunicado atribuido a Osama Ben Laden en el que dice, entre otras cosas: «los musulmanes deben movilizarse para librarse del yugo de esos regímenes apóstatas, sojuzgados por los Estados Unidos. (...) Entre los países que deberían ser liberados están Jordania, Marruecos, Nigeria, Pakistán, el país de las dos mezquitas sagradas y Yemen»
La Policía de Marruecos detiene a los miembros del Grupo islamista de Casablanca Assirat Al-Mustaquim (El Camino Recto) y a los de otra organización denominada “Salafia Jihadia”, que al parecer colaboraron con los primeros en la perpetración de los atentados.
Es detenido también en Tánger un ciudadano francés llamado Robert Richard Antoine Pierre, quién reside en Marruecos desde hace seis años y dirige la mencionada “Salafia Jihadia”. Se trata, por lo tanto, de un musulmán francés que ha constituido células terroristas no solo en Casablanca sino también en Tánger y Fez.
En el juicio, el único que no niega su vinculación a la trama de los atentados es Yussef Fikri, bautizado «el emir de la sangre» por la prensa. Richard Antoine Pierre, supuesto líder de la “Salafia Jihadia”, declara haber sido espía francés infiltrado en grupos yihadistas que desde el Magreb operan en Europa Occidental; el objetivo de Antoine Pierre sería ayudar en su desmantelación.
Volvemos de nuevo a lo anterior: antes que creer a un yihadista, creeremos antes la versión policial, por supuesto, pero se da el curioso hecho de que la DST francesa está incluida en la investigación de Casablanca, debido a que tres ciudadanos franceses habían perecido en los atentados. Inmediatamente después de los hechos, 14 agentes de la DST llegan a Marruecos para apoyar a sus homólogos marroquíes, lo que podemos considerar lógico. Naturalmente, el Gobierno francés desmintió enseguida lo que este personaje declaró; para nada es un agente francés de espionaje, lo que por otro lado es también lógico que desmientan, lo que no es normal es que el tal Pierre lo dijera de ser verdad.
Se dijo que uno de los objetivos en Casablanca era un cementerio judío sin embargo la explosión más cercana al mismo fue a tres calles de distancia y ese lugar no se utiliza para enterramientos desde 1950, con lo que parece inútil gastar explosivo en semejante objetivo.
Con respecto a los dos restaurantes, el de la Alianza Judía y “Le Positano”, frecuentados ambos por judíos, resulta extraño que fueran atacados en Sabbath, cuando no había ningún judío en ellos puesto que permanecen en sus hogares durante este día de índole religiosa (el descanso semanal judío). Además, sería igualmente lógico pensar que, como suicidas que eran, que debieran haber hecho estallar las bombas dentro de los locales y no en la calle (en el caso del restaurante, ya que la “Alianza Judía” estaba de todas maneras vacía, al ser Sabbath). Es cierto que el barrio cuenta con un par de sinagogas y la Embajada de Estados Unidos está relativamente cerca, pero lo cierto es que el ataque no iba dirigido a los norteamericanos ni a los judíos, a no ser, en el segundo caso, como simple aviso; más pareció una inmolación que otra cosa, si bien es verdad que afectó a varios viandantes, en algunos casos, de modo dramático.
En cambio, con respecto a los objetivos españoles, el asunto cambia radicalmente: aquí sí entran los terroristas en la Casa de España y explosionan dentro los artefactos matando a 22 personas que se encontraban cenando en ese momento, tomando una copa o trabajando.
Desde mi punto de vista, el objetivo está muy claro: España. Se estaba avisando de lo que sucedería meses después en Madrid, sin embargo no se tomaron las debidas precauciones.
En Casablanca ocurre al igual que en Madrid: algún tiempo después, al-Qaeda reivindica el atentado, anunciando nuevas operaciones en otros lugares. Después de Casablanca vendría Madrid y después de Madrid, Londres.
Los presuntos terroristas que llevaron a cabo la masacre de Casablanca proceden todos del ambiento más humilde y miserable de Casablanca, lo que según el profesor Omar Mounir, que impartió clases en la Facultad de Derecho de Casablanca y no bien visto por el Gobierno marroquí, evidentemente, por las declaraciones que hizo, demuestra que no podían haber sido los artífices de la minuciosidad y planificación de los atentados al ser personas incultas, dando a entender Mounir que se trata de un complot para desacreditar al partido islamista Justicia y Desarrollo, antes de las elecciones municipales marroquíes de 2003.
Puedo creer que el Régimen marroquí, que es dictatorial, lleve a cabo estrategias políticas para impedir que una formación islamista que está en contra de la monarquía, alcance el poder, incluso que vincule a esa formación con el Frente POLISARIO para relacionar a éstos con el terrorismo internacional e impedir que se celebre el referéndum de 2010 sobre el Sáhara Occidental, respaldado por Estados Unidos y la ONU, pero no estoy para nada de acuerdo en pensar que unos ignorantes sin cultura ninguna no puedan llevar a cabo un atentado de las características del de Casablanca, porque precisamente esta gente son los más idóneos para hacerlo. A cambio de dinero y de solucionar su vida y la de su familia, estarán dispuestos a lo que sea, aunque no crean en los postulados yihadistas de la organización que les capta y solo necesitan una adecuada instrucción previa para explosionar las bombas en los sitios indicados y en el momento preciso.
En el 11-M, no se utilizan a terroristas suicidas sino que son colocadas varias mochilas-bomba en puntos estratégicos. Con lo cual, el modus operandi no es el mismo que en el resto de atentados de al-Qaeda, pero los defensores de la teoría de la conspiración, entre los que no me encuentro, esgrimen que resulta imposible concebir la sola idea de que se recurriera a españoles para facilitar explosivos, ya que son occidentales y esto va en contra de la ideología islamista. Repetiré, pues, que los yihadistas son personas meticulosas a las que interesa pasar desapercibidas en Occidente para no levantar sospechas por lo que recurrirán a todo tipo de medios para llevar a cabo sus objetivos y si ello supone relacionarse con occidentales, lo harán sin problemas de conciencia ninguno ya que creen ciegamente que Allah les permite todo siempre y cuando sea por una causa buena y mayor, que en su caso es acabar con la corrupción occidental, aunque ello suponga abrazar dicha corrupción como medio para eliminarla.
Según Mohamed Darif, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Casablanca, en la entrevista concedida al portal “Marruecos Digital”: <>. Continúa diciendo que a la red al-Qaeda <>
La verdad es que dos de los miembros de la célula de Casablanca están directamente relacionados con el atentado del 11-M: Larbi Ben Sellam y Mohamed el Ouzzani; en el caso del segundo de ellos, sus huellas dactilares aparecieron en un libro hallado en el piso de Leganés donde se inmoló la célula del 11-M.
Hassan el Haski, al que se considera uno de los líderes del Grupo Islámico Combatiente Marroquí en 2004 y detenido en diciembre de ese mismo año en las Islas Canarias, pudo haber sido el autor también de los atentados de Casabalanca puesto que prácticamente todos los analistas e investigadores apuntan a que fue el GICM el que verdaderamente atentó en esa ciudad marroquí y ya se sabe que actualmente este grupo terrorista es una parte integrante de al-Qaeda en el Magreb Islámico.
Mohamed al-Gerbouzi fue acusado de perpetrar la matanza del 7-J en Londres pero se sabe que recibió una llamada de Jamal Zougam y fue acusado anteriormente de colaborar en los atentados de Casablanca. Como es bien sabido, Zougam es quién regentaba la tienda de donde salieron las tarjetas para los móviles utilizados en el atentado y fue, por ello, el primer detenido de la trama.

Jornada de Reflexión

El atentado ya se ha llevado a cabo. España entera está consternada, en especial, lógicamente, el pueblo de Madrid.
Jamal Zougam es detenido durante la jornada de reflexión. La campaña electoral se suspendió el mismo día once, no hubo mítines el doce y durante el día trece los españoles reflexionaban sobre lo sucedido.
Pero aunque no haya discursos políticos, los medios de comunicación se posicionan, a favor y en contra de las tesis del Gobierno del Partido Popular.
La organización ETA desmiente que sea autora del atentado, lo que no le exime de haber sido autora de otros cientos de atentados durante cuarenta años. Era normal que se pensara primeramente en ellos puesto que son capaces de algo así. Pero, en esta ocasión, no habían sido ellos. El Partido Popular, ante el temor a perder las elecciones si decían que había sido obra del terrorismo yihadista y esto pudiera afectarles en el resultado, porque se achacara a la relación de Aznar con Bush, muy criticada por cada vez más medios y ciudadanos, decide defender la hipótesis de la autoría de ETA.
Pero el día trece, Jamal Zougam es detenido. Antes se ha encontrado una cinta reivindicando el atentado, pero la verdad es que fue del modo más extraño o digamos menos sensato.
Telemadrid recibe una llamada que le avisa de que en una papelera cercana a la mezquita de la M-30 hay una cinta de vídeo que es urgente que vean ya que está relacionada con el atentado.
Un ex-agente de policía declaró que recogió la cinta de vídeo porque la Policía tardaba en llegar y el responsable de seguridad de Telemadrid le instó a cogerla porque en la llamada que recibieron se daba diez minutos para recogerla; pasado ese tiempo, desaparecería.
Ni el ex–policía, al que había avisado un vigilante de seguridad de la cadena, ni la patrulla que se desplazó hasta la zona tomaron medida alguna de protección, sencillamente cogieron la cinta y se la llevaron para analizarla, como si supieran de antemano que no iba a pasar nada, que no habría terroristas cerca. En el caso del ex-policía se trató de una temeridad pero en el caso de la patrulla policial y sus superiores que les enviaron allí, una imprudencia, a no ser que tuvieran claro que no les iba a suceder nada.
Se inicia una investigación policial que ha estado llena de polémica en lo que a mi juicio, más que conspiraciones, lo que se ha podido ver en todo caso es falta de coordinación policial, algo de lo que se percató también la opinión pública, porque pudo comprobarse la prácticamente nula comunicación existente hasta entonces entre los dos Cuerpos de Seguridad del Estado: la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía.
De hecho, el responsable de la Unidad Central de Información Exterior (UCIE) del Cuerpo Nacional de Policía en el momento de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, declaró en el juicio que ningún colaborador les facilitó información previa sobre los atentados, sin embargo sí que contaban con informaciones sobre la creación, miembros y celebración de reuniones de "alguno de los grupos" que posteriormente resultaron estar relacionados con el atentado.
Añadió que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil no les proporcionó informes sobre Rafa Zouhier ni les comunicó nada en absoluto sobre ninguna red de tráfico de explosivos. También hubo información que el Cuerpo Nacional de Policía no facilitó a la Guardia Civil en su investigación sobre la red de tráfico de explosivos en Asturias.
A raíz del 11-M y la mala imagen dada por los Cuerpos de Seguridad, se crearía el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista.
Por las investigaciones y detenciones policiales en los últimos cinco años, hemos comprobado con estupor que España sigue siendo objetivo del terrorismo yihadista y una plataforma importante para captar adeptos que, una vez convenientemente adiestrados, puedan ser enviados a Países en conflicto como Afganistán o Irak, donde se radicalizan aún más antes de su regreso a Europa Occidental. Por lo tanto, el apoyo a Estados Unidos bajo el Gobierno de Aznar fue solo una excusa para atacar a España. Lo hubieran hecho de todos modos y aparte, lo que jamás debe hacer un Gobierno democrático, es claudicar ni permitir que una organización terrorista controle su agenda internacional.
La excusa con la que justifican actualmente los yihadistas que España siga siendo blanco de sus actividades es que los soldados españoles continúan en Países árabes bajo las órdenes del Anticristo, una figura apocalíptica que para los islamistas es USA. ¿Qué ocurrirá ahora? ¿Habrá un nuevo atentado en 2012 para cambiar otra vez el Gobierno ya que no es del gusto de al-Qaeda? Estoy seguro de que los españoles ya se han dado cuenta de que la salida más coherente es combatir al terrorismo con la democracia en la mano pero de modo contundente. Los Cuerpos de Seguridad han comprobado que la organización AQMI, de la red al-Qaeda, cuenta con células y un apoyo considerable en España y esa infraestructura no se ha vuelto a crear tiempo después del 11-M sino que existía ya entonces. Solo se ha reforzado lo que nos indica que los dirigentes de estos grupos yihadistas jamás pensaron en abandonar España, ni siquiera cuando las tropas volvieron de Irak por lo que cinco años después, nos encontramos exactamente en la misma situación que entonces.
Pero ahora existe el Centro Nacional de Coordinación Antiterrorista (CNCA). Su función primordial es evitar que vuelva a verse la descoordinación y falta de comunicación y cooperación entre las dos Fuerzas de Seguridad del Estado español en algo tan delicado como la lucha antiterrorista como ocurrió en 2004. Los dos Cuerpos, la Policía Nacional y la Guardia Civil, quieran o no algunas altas instancias, están hermanados y por lo tanto, condenados a entenderse. Sería sumamente interesante y útil que el CNCA creara los Centros Regionales de Coordinación Antiterrorista, continuando la sede central en Madrid pero con oficinas en Cataluña y Andalucía Oriental desde las que controlar in situ esa coordinación, ya que son las Regiones que han despertado un mayor interés policial o las que están mejor situadas como para investigar de manera efectiva el terrorismo yihadista. No solo reforzaría la seguridad en España sino, por la ubicación de estas regiones y su relación con el Magreb (sobre todo en el caso de Granada, pero también en lo que a Barcelona se refiere al ser Cataluña la Comunidad Autónoma con mayor número de inmigrantes magrebíes y donde más operaciones policiales se han llevado a cabo en el marco de la lucha contra el terrorismo yihadista) sino que además controlaría el Mediterráneo Occidental y todo lo que venga tanto del Noroeste de África como de otros Países europeos desde donde se pudieran desplazar células que han permanecido durmientes en lugares como Bélgica, Francia o Italia. Igualmente, un Centro Regional de Coordinación Antiterrorista sería muy útil en la lucha contra ETA, ubicado en el norte de España para coordinar los efectivos de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía y la Ertzaintza.
En Barcelona se han desarticulado varias redes de captación, financiación y activistas de la red yihadista global en los últimos años. Ceuta y Melilla están en el punto de mira de AQMI más que nunca antes y aumenta el número de elementos islamistas detenidos en estas dos Ciudades Autónomas españolas, figurando Granada en numerosos informes policiales y siendo reivindicada por los yihadsitas como último bastión musulmán en Europa Occidental, por lo que la vigilancia antiterrorista en el sur es imprescindible, reforzando los efectivos humanos y técnicos de la lucha antiterrorista en la zona.Quién piense hoy en día que el 11-M fue un hecho aislado y que no forma parte de un contexto general de terrorismo global, se engaña a sí mismo. Mohamed Larbi Ben Sellam, Daoud Ouhnane, Mohamed Afallah, Othman el Mouhib y Abddelilah Hriz, que participaron de una manera u otra en el atentado, consiguieron escapar pero en octubre de 2008 fue desarticulada una red yihadista en Madrid, Cádiz y Barcelona que les ayudó a escapar en abril de 2004, se cree que hacia Irak, haciendo escala alguno de ellos sino todos en Siria. Por lo tanto, no dejaron jamás el País una vez regresaron las tropas españolas, su intención nunca fue marcharse lo que demuestra la hipótesis (convertida ya en tesis) de que los yihadistas siempre tendrán una excusa para combatir y atentar contra Occidente y en particular, contra España. En 2003-04 fue el envío de tropas a Irak y ahora la presencia militar española en Afganistán y Líbano.
Deben controlarse los lugares clandestinos o aislados de reunión como los pequeños oratorios utilizados para difundir el Yihad pero a su vez los Servicios de Información han de proveerse de verdaderos expertos en integrismo islamista que les asesoren, no de supuestos especialistas que por haber asistido a una conferencia en la que no han tomado nota de nada, una vez le entregan el certificado de asistencia, ya se las dan de que son expertos o porque pertenezcan a un Grupo o Brigada de Información, puesto que han recibido nociones básicas de terrorismo, ya se consideran grandes conocedores del entorno islamista. He oído en ocasiones la terminología "salir del redil" para referirse a los integristas islamistas que hay que vigilar, no dándose cuenta los que utilizan esos términos "técnicos" que esos islamislas son precisamente a los que menos atención hay que dedicarles ya que sus actividades son conocidas públicamente y se sabe de su radicalismo; en este caso, un simple seguimiento puntual es suficiente. Los preocupantes son los que no dan muestras de radicalismo para no llamar la atención, que son además los que cometerán los atentados o los que colaborarán activamente con las células terroristas en cuanto a logística. A esos elementos son a los que hay que vigilar y detectarles; todo un reto policial, ya que no resulta nada fácil, pues exige de un experto conocimiento de sus costumbres, ideales, orígenes, entorno así como estar al tanto de las últimas noticias en torno al entramado islamista mundial para lo que es imprescindible que los expertos analistas de todo el Mundo se mantengan en contacto o por lo menos intercambien sus conocimientos, para tenerlos en todo momento actualizados.
28 operaciones policiales importantes contra el terrorismo yihadista se han llevado a cabo en España desde el 11-M; demasiadas como para no prestarle la debida atención a las necesidades que les surgen a los investigadores y profesionales especializados de los Cuerpos de Seguridad en esta lucha contra el terror, con claros elementos diferenciadores con respecto a la lucha contra el terrorismo independentista de ETA. De momento, resulta, como hemos dicho antes, de una gran dificultad y complejidad detectar a los dirigentes de las células, los verdaderos ideólogos, porque saben muy bien como ocultarse entre los cientos de miles de musulmanes que hay en España. Sin embargo, jamás debemos caer en el error, por otro lado gravísimo, de considerar que todos los musulmanes les apoyan, como ocurrió en su día con los vascos y ETA. Hubo un momento en que los vascos y vascas no querían salir de su Región al ser considerados todos terroristas allá donde iban y ser parados continuamente en controles policiales o identificados una y otra vez cuando realizaban un viaje turístico a otra Comunidad Autónoma española. Los ciudadanos españoles y franceses se han dado cuenta de que para nada los vascos apoyan en su totalidad a ETA; de hecho, el ciudadano vasco es la primera víctima de ETA al vivir en un miedo y tensión constantes. Esto es precisamente lo que les ocurre a la inmensa mayoría de los musulmanes, moderados casi todos ellos que solo desean poder vivir en paz e integrarse con sus familias en las sociedades de acogida los que sean inmigrantes que son la mayoría.
Pero los integristas saben muy bien como pasar desapercibidos. Para ello utilizan varios factores que les favorecen: uno de ellos es el idioma; todavía hay una falta de traductores importante para colaborar con las Fuerzas de Seguridad y cuando son necesarios, al no haber disponibles de confianza, se recurre a individuos a los que no se conoce de nada, ante la premura de tiempo, cuando lo normal sería realizar un informe previo detallado sobre el entorno de ese traductor ya que hablamos de alguien que va a transcribir las escuchas telefónicas de las operaciones policiales y por lo tanto se va a enterar de los datos reservados de esas investigaciones. Otro sería el desconocimiento de los Cuerpos de Seguridad sobre su entorno cultural, con lo que pueden los islamistas engañarles haciéndoles creer que son moderados e incluso muestran su interés por colaborar con la Policía, cuando realmente solo desean enterarse de los detalles de sus investigaciones y acto seguido informar a las células terroristas o sus contactos. Naturalmente, lo anterior no quiere decir que los especialistas en terrorismo yihadista de las Fuerzas de Seguridad sean unos inútiles, nada más lejos de la realidad que pretender mostrar esa imagen de ellos, ya que me consta que hay excelentes profesionales y verdaderos expertos entre ellos y ellas. Pero la falta de medios impide que realicen un trabajo más eficaz. Si contaran con el respaldo adecuado, unido a su gran profesionalidad que han demostrado sobradamente, tanto en el Cuerpo de la Guardia Civil como en el Cuerpo Nacional de Policía y últimamente también en los Cuerpos de Policía de las Comunidades Autónomas españolas con competencias policiales, sin duda, la lucha contra el terrorismo yihadista ofrecería mejores resultados de las que ya de por sí, con escasos medios, está ofreciendo (algunos muy efectivos lo que denota interés real en acabar con esta lacra), pero aún queda mucho por hacer.

Conclusiones

Hubo cruce de acusaciones entre los dos Cuerpos durante el juicio del 11-M, ofreciendo un espectáculo bochornoso y dando a la prensa carnaza para mostrar a los españoles, en un momento tan delicado, que sus dos Fuerzas de Seguridad estatales estaban enfrentadas y que no colaboraban mutuamente en la lucha antiterrorista. El primer objetivo terrorista ya se había cumplido: la crispación institucional como paso previo a la desestabilización. Afortunadamente, el pueblo español está curado de espanto y permaneció firme en sus ideales democráticos por lo que se ha dado un voto de confianza a los dos Cuerpos policiales que por otro lado se merecen, que duda cabe, ya que si hay varios elementos contradictorios en su seno, no es más que una ínfima parte al lado de la inmensa mayoría de agentes, tanto de la Policía Nacional como de la Guardia Civil, grandísimos profesionales con una reputación intachable como sería injusto pensar que todos sus mandos solo desean llevarse medallas pues me consta que no es así y que muchos de ellos quieren que les deje trabajar con libertad, sin presiones y sobre todo, con medios suficientes. De estos mandos depende su pericia y buen criterio para formar equipos verdaderamente efectivos, formados por personas dispuestas a conocer y estudiar a fondo el islamismo radical y no simplemente a figurar.
Con respecto a la investigación policial, nos remitimos a lo ya publicado y aclarado por las Fuerzas de Seguridad, ya que no es nuestra labor ni pretensión cuestionar su profesionalidad. En este dossier hablamos sobre las motivaciones, causas y consecuencias del 11-M pero no sobre una supuesta trama conspiratoria que arroje más sombras o entorpezca la investigación policial llevada a cabo por profesionales que merecen todos nuestros respetos.
De los miembros de la célula de Leganés que huyeron, el último se piensa que fue Daoud Ouhnane, quién al parecer murió en Irak defendiendo sus locos ideales.
Los terroristas, fueran quienes fuesen, al-Qaeda o un grupo autónomo que una vez cometido el atentado se puso al servicio de la red de Ben Laden, (en este sentido, el atentado de Madrid hubiera sido su tarjeta de presentación), el caso es que consiguieron lo que querían: publicidad para el terrorismo yihadista, debido a la espectacularidad de la acción y crear tensión política en España además de conseguir que el nuevo Gobierno salido de las urnas retirara las tropas españolas de Irak, como prometieron los socialistas en su campaña (en cambio, reforzaron el contingente en Afganistán y mandaron nuevos efectivos al Líbano, con lo que la amenaza yihadista continúa; los socialistas alegan que es diferente porque en Afganistán es una misión humanitaria la que realizan, pero las últimas noticias sobre enfrentamientos con comandos de talibanes indican que se trata de una guerra en toda regla). Los terroristas de al-Qaeda habían amenazado a España con atacarla si no se marchaba de Irak, pero no nos engañemos, nos hubieran atacado por cualquier otro motivo, más tarde o temprano.
Después del atentado y cuando ya estaban claras las vinculaciones del yihadismo global, algunos sectores conservadores seguían defendiendo la posible implicación de ETA y es que el ser humano es un animal orgulloso que no acepta las críticas salvo si hay algo beneficioso en ello para sí mismo.
Hoy en día, cinco años después de aquella angustiosa jornada de muerte y destrucción que deseamos encarecidamente no se repita, seguimos sin los traductores necesarios en todas las Unidades policiales donde hacen falta, ni una preparación básica en materia antiterrorista por parte de todos los efectivos de los Cuerpos de Policía y de la Guardia Civil, tan solo por sus Unidades especializadas, cuando ya se ha visto que el terrorismo yihadista puede atacar en cualquier lugar y sin avisar, como suele hacer ETA (por otro lado, igual de criminales, aunque avisen de sus atentados, puesto que el terrorista es, en realidad, un ser desalmado que escuda sus acciones tras unos pretendidos ideales que ya no convencen a nadie).
El yihadismo es una forma distinta de matar, de atentar contra Occidente, su principal objetivo. Se ha mutado como si fuera un virus peligroso y extremadamente dañino. Ahora toma más medidas de seguridad y se rodean de una mayor sofisticación.
Algunos analistas siguen creyendo que es imposible que adiestren a ignorantes incultos, que necesitan personas con un mínimo de conocimientos técnicos pero la experiencia nos demuestra que se están alimentando de lo que les proporcionan los bajos fondos y los barrios humildes puesto que los adeptos que consiguen en esos ambientes están dispuestos a lo que sea por dinero ya que carecen de recursos y su desesperación les lleva a afiliarse en estos grupos terroristas, con lo que la crisis económica conseguirá que crezca la cantera terrorista y ello sin perjuicio de captaciones entre estudiantes universitarios que les proporcionen los conocimientos técnicos que necesitan.
En esta jornada para el recuerdo, el Gobierno ha decidido que no haya homenajes oficiales y la torre de vidrio macizo con todos los nombres de las víctimas que se erigió en Atocha ya ha visto como se deshinchaba en un par de ocasiones la cúpula en un claro descuido de quienes debieran ocuparse de su mantenimiento aparte de que las condiciones ambientales que se respiran cuando visitas la torre (de 11 metros de altura aunque en realidad es un pasillo subterráneo el que conduce a una sala azul desde la que pueden verse los nombres de las víctimas en la torre), la temperatura alcanza los 40 grados haciendo insoportable la visita y mucho menos trabajar en esas condiciones, lo que ya ha sido denunciado por la Unión General de Trabajadores a RENFE, pero esta empresa dice no tener competencia ninguna a pesar de que el monumento se erige en la estación de Atocha. El Gobierno de la Comunidad de Madrid culpa del aparente abandono del monumento al Ministerio de Fomento y éstos a su vez a la empresa privada que contrataron para esa labor. Como podemos ver, una vez hecha la foto para la opinión pública en la que mostrar solidaridad y a la que se apuntan todos, como pudo verse el día de la inauguración del monumento, después nadie da la cara cuando hay algún problema, en una grave falta de respeto hacia las víctimas del peor atentado de la Historia de Europa.
El 11-M es un día nefasto que sin embargo no debemos olvidar para que saquemos de esa jornada cuantas reflexiones sean necesarias y así impedir que se repita. Las voces de las víctimas, sus gritos ahogados, el recuerdo emocionado de sus familiares (olvidados por los políticos porque ya no vende tanto como antes hacerse fotos con ellos), todos reclaman que los analistas sigan estudiando a fondo la fenomenología terrorista para comprenderla en toda su magnitud y así contrarrestarla de un modo más eficaz, ayudando de este modo a las Fuerzas de Seguridad, las cuales merecen todo nuestro apoyo y respeto; la Administración, además, ha de poner todos los recursos a su alcance para que un atentado de esas características no vuelva a suceder.
Pero, lamentablemente, la perdición del hombre es el olvido.



Adolfo Estévez
Con la colaboración del equipo que hace posible la
Revista virtual sobre seguridad internacional SAFE WORLD

Dedicado a todas las víctimas del terrorismo, porque su sacrificio merece que luchemos por la verdad y la libertad. Dedicado también a sus familiares, víctimas igualmente todos y todas ellos/as, por el sufrimiento que arrastran. SABED QUE NO ESTÁIS SÓLOS, ENTRE TODOS ACABAREMOS CON EL TERRORISMO.

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